sábado, 11 de julio de 2009

Homero Economicus y los Prospectos

Jugando con las palabras y el paradigma del homo economicus que ha sido utilizado en la teoría económica (el maximizador racional), Thaler simplifica "para las masas" en un artículo en New York Times la explicación del conductismo, al señalar que el ser humano se parece más a Homero que a ese paradigma. Ello, a propósito de la propuesta de acompañar la información sustantiva para el consumidor en materia financiera, con una oferta obligatoria de productos plain vanilla.
¿No será demasiado?
Quizá sí, aunque también es posible que la información que se da no siempre tenga el sentido y la utilidad que de ella se espera.
Tomemos el caso de los prospectos, documento básico del disclosure en el ámbito del mercado de capitales, objeto de profusa reglamentación y veneración. Hace años que se sabe que la información allí expresada no es tan útil como parece, y los clichés de redacción (particularmente los risk factors) se han transformado en ejercicio intelectual para cubrir responsabilidades, legales que pocos leen y nadie toma demasiado en serio (casi igual a lo que ocurre con su homónimo en las medicinas, donde la más inocente aspirina puede causar...bueno, mejor ni les cuento).
Un reciente paper verifica empíricamente que no siempre más es mejor, concluyendo que las decisiones adoptadas por inversores individuales no se vieron afectadas por recibir el prospecto completo, o la versión sintetizada que admite la SEC en materia de mutual funds.
Sin dudas la información es relevante para el inversor, la pregunta es qué y cómo debe informarse.

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