Quizá por un entrenamiento para el ejercicio profesional en el que la retórica o el arte de convencer (a como de lugar) tiene un lugar importante, el abogado es amigo de la "crítica fácil", y el AED es, en ese sentido, una víctima ideal. Metodologías diferentes, modelos mentales diferentes, llevan a que el AED suela ser criticado por despreocuparse de la justicia, de la distribución de la riqueza, y de cualquier finalidad que se pueda considerar superior en una escala de valores de una sociedad en la que uno le gustaría vivir.
La pregunta que no responden los "críticos" es muy básica: ¿por qué el AED debería preocuparse por esos "valores superiores". Pedirle eso al AED es olvidar que su objetivo es humilde (pero no insignificante): ofrecer una perspectiva diferente del análisis jurídico, que puede dar un marco objetivo a un debate sobre la adecuación o no de las soluciones previstas por el ordenamiento jurídico. Las "respuestas de fondo", no las proporciona, ni las quiere proporcionar el AED.
De paso, señalo que tampoco las normas jurídicas nos dan esa "tranquilidad moral": el actuar ético no se identifica con el cumplimiento de la norma, que bien puede prescribir una conducta ajena a la ética normativa.
Es un debate muy trillado, pero creo que desde
Hart en adelante, y con la claridad que entre nosotros lo demostró
Nino, la separación entre moral (que sí da razones para actuar) y derecho (que no las da
per se) ha quedado bien demostrada.
El AED nos ofrece una posibilidad de contrastar diferentes soluciones, medir sus efectos (el AED es esencialmente
consecuencialista si se lo quisiera elevar a la dimensión ética).
Es un antídoto, para expresarlo en palabras sencillas, contra un discurso puramente metafísico que se desentiende de consecuencias y las oscurece bajo el manto valorativo, en no pocos casos abusado y manipulado para justificar dogmáticamente las conclusiones preferidas.
Un recientemente creado blog sobre AED, jocosamente denominado ¡Maldito Economicista!, expresa en su portada:
Si Ud. cree que el Derecho es una "ciencia jurídica" o que las "naturalezas jurídicas" pululan por ahí, no pierda su tiempo amigo. Acá se discuten temas jurídicos reales y se buscan soluciones con criterio costo-beneficio. En el mundo real los recursos son escasos, en el metafísico... ¡a quién le importa!Quizá un poco peyorativo en su referencia para la ciencia jurídica, pero no deja de captar una parte relevante del AED. Que también desenmascara lo que, en una próxima entrada, explicaremos bajo el título "legislando para la gilada"